jueves, 8 de abril de 2021

"El roble de Guernica". Silencioso testigo del bombardeo de abril de 1937.


Un 26 de abril, allá por el año 1937, fue cuando Guernica fue azotada por un feroz ataque aéreo, en el contexto de la guerra civil en España. 

El bombardeo de Guernica fue una agresión contra la población civil vasca de aquella comarca, por parte de la aviación alemana e italiana, que combatían en favor del bando sublevado contra el gobierno de la Segunda República Española. 

Con un resultado estimado de más de mil seiscientos muertos, gran cantidad de heridos y la destrucción de muchos edificios, los aviones descargaron sobre Guernica bombas explosivas, bombas incendiarias y ráfagas de ametralladoras. 

La destrucción fue tan grande que provocó un intenso humo que cubría el pueblo mientras continuaban los bombardeos. Los incendios pudieron ser sofocados recién al día siguiente mediante el esfuerzo de los pobladores ya que no existía un cuerpo de bomberos. 

La Casa de Juntas de Guernica (histórico lugar de reunión de las asambleas que regían Vizcaya y sede de su archivo histórico) y el anexo árbol de Guernica no resultaron dañados. El roble fue testigo de aquel trágico momento histórico y consolidó entonces su valor simbólico ancestral para el pueblo vasco como emblema de libertad y de paz.

En días cercanos al 84 aniversario del bombardeo de Guernica, abril del año 2021, la composición musical de Rodrigo Stottuth y la letra de Jorge Padula Perkins patentizan la infausta jornada a través de la pieza “El roble de Guernica”.

Versión original en la voz de Nery González Artunduaga.

La letra.

El árbol fue testigo de los gritos de espanto;

silencioso testigo de la sangre y del llanto.

El roble que en Guernica enterró sus raíces

y acompañó a la vida en los tiempos felices.

 

La planta silenciosa soportó los estruendos

y se alumbró en las llamas de los crudos incendios.

Sus ramas se enlutaron con las almas en duelo

y sus hojas sufrieron el temor por los vuelos. 

 

Los pájaros dejaron con pavor su follaje,

mientras gente corría, buscando resguardarse.

Y después de las bombas, desolación y ruina

y el árbol, conmovido, sosteniendo la vida.

 

Porque el roble no es solo hojas, ramas y fruto.

Es símbolo del pueblo; de Guernica atributo.

Emblema libertario de vascos y Vizcaya

que al horror de la guerra contrapone esperanza.



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