Producido por “Ludel Ediciones”
(con grabación en Estudios Quntrá y bandoneón en Estudios ION), está disponible
y a la venta el CD “La baldosa”, obra integral compuesta, arreglada, dirigida e
interpretada por Fran Centeno Lascano.
Bahiense, discípulo y amigo de
Carla Pugliese (que lo acompaña en esta ocasión en bandoneón) Centeno Lascano,
es un compositor e intérprete de particulares dotes artísticas, las que
demuestra en cada una de sus presentaciones en vivo y pone el primer plano en
este disco, colección de sus temas más sentidos y trabajados.
Amén del bandoneón de Pugliese,
lo acompañan a lo largo de la obra Ramiro Sampedro (en guitarra), Fernando
Duarte (violines), Paolo Díaz (saxofón), Paula Barrio (como cantante) y en Coro
a Dios, las voces de María Morales, Mercedes Morales, Florencia Soler y Juan
José Montero.
El trabajo está integrada por
trece temas y un “bonus track” (Say NO to the New).
Las piezas que conforman el CD
son “La baldosa”, “Milonga bahiense”, “Milongay”, “Principiante”, “Julieta
Beatriz”, “Eduardo Santiago”, “María Soledad”, “Julieta María”, “Jaque mate”,
“Antes de que cante el gallo”, “Y veo llover”, “Me bastas tú” y “La vida y la
tempestad”.
“Y veo llover” y “Me bastas tú”,
son dos tangos canción con letra de Jorge Padula Perkins, ofrecidos en el disco
con la voz de Paula Barrio (acompañada en forma exclusiva por Fran Centeno
Lascano y Ramiro Sampedro).
Las dos letras
Y veo llover.
Estoy mirando Buenos
Aires
desde un bar
y veo llover.
Y viene a mi el
recuerdo
peculiar
de una mujer;
de la mujer del beso
y del adiós;
de la mujer promesa
y sinrazón.
Pensando estoy en este
bar,
pensando estoy.
a esa mujer,
cuya vida se cruzó
delante de mi andar;
esa mujer regalo del
destino,
que llegó a mi vida,
Sutil
su mano gracil dibujaba
en el cristal,
las iniciales
de su nombre y de mi
nombre,
que estaban juntos
como ella y yo.
Estoy mirando Buenos
Aires
desde un bar
y veo llover.
Me bastas tú.
Me bastarán tus ojos
para mirar la vida
y será tu presencia
un icono de amor.
Me abarcará tu magia
y serán los latidos
el eco de tu nombre,
aquí en mi corazón.
Transitarán tus pasos
por todos mis senderos,
andando los caminos
sensibles al amor
y asumiré tus huellas
cual marcas del destino
que ponen en mis días
señales de pasión.
Me bastarán tus besos
para seguir viviendo
y serán tus caricias
porque tu eres la dueña
del aire que respiro
y en cada madrugada
me nutre tu pasión.
Serán tus manos suaves
un bálsamo que anima
y emulará plegarias
lo dulce de tu voz,
alcanzará abrazarte
para saberme vivo,
me bastará sentirte
para sentir a Dios.
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